3.4.08

Flashback

-Comandante, ¿por qué nos toca siempre hacer de niñera de los más zumbados?
-No lo sé, teniente.
-¿Ha pensado en... en fin... resolver el problema?
-¿Mmmm?
-Preguntaba si ha pensado en resolver el problema de los refugiados.
-Ah, eh... Sí, teniente.
-De acuerdo... ¿Y de forma específica... señor?
-Sí, teniente, he pensado varias formas de resolver el problema.
-Le admiro.
-Vaya... se lo agrad...
-Yo solo veo una manera de arreglarlo.
-Ah, ¿sólo una?...
-Eche cuentas, señor. Combustible, recursos, espacio vital... todo está reduciéndose con el paso de los días. Sólo una variable ha crecido desde que comenzamos la misión: Ellos.
-Es nuestro deber, buff, eh... supongo que nuestro deber es protegerlos, en la medida que nos sea posible.
-¿Por qué?
-Pues... hay varias razones: son nuestros civiles, es nuestra misión... eeeeh, son seres que respiran... ¿no cree?
-Por supuesto, señor.
-Si... si no va a poder hacer frente a esta situación... eh... dígamelo y encargaré a otro que se ocupe de los refugiados.
-No, señor. Es una misión, nada más.
-¿Decepcionada?
-En absoluto. No entré en el ejército ayer. A veces matamos y a veces no.
-Matamos enemigos, es nuestro deber. No tiene por qué gustarnos.
-A veces matamos enemigos y a veces matamos amigos, como en la salida de la colonia Kelvin. No ponga esa cara. No pasa nada... A fin de cuentas, todo se reduce a dar en el objetivo, ¿no?
-Desde luego.
-Sí... para los que son como usted es sólo eso.
-Bueno...
-El día que para mí sea algo tan simple y aburrido, me pegaré un tiro.
-Confío en que no lo haga.
-¿Quiere un consejo? Piense de vez en cuando en lo que sienten nuestros objetivos reventando en una nave en llamas. El dolor. El terror. La certeza de que se acabó. La angustia. Los gritos. Dejar de ver, dejar de oír, el olor a carne quemada, el tacto de tus propios intestinos en tus manos... Piénselo de vez en cuando, y disfrútelo.

No hay comentarios: